10 de julio de 2009

WWF clasifica a los países del G8 según su compromiso frente al cambio climático

NOTA DE PRENSA publicada el 1 Jul 2009 en www.WWF.ES


Los países del G8 suspenden en sus políticas para luchar contra el cambio climático. El último informe “Scorecards del Clima del G8” (puntuaciones climáticas para el G8) señala que Alemania, seguido de Reino Unido y de Francia, se está comportando mejor en comparación con el resto de las naciones ricas. Italia y Japón se encuentran entre el grupo de países con una puntuación intermedia, mientras que Canadá, Estados Unidos y Rusia se sitúan por detrás, a pesar de que EEUU ha escalado una posición. Según WWF, si España se incluyera en la comparativa de los países del G8, ocuparía el sexto lugar por detrás de Japón.



El informe presentado por WWF y Allianz SE, elaborado por Ecofys, puntúa según sus políticas de cambio climático a los principales ocho países industrializados y a los cinco más importantes en desarrollo. El ranking de los estados con mejores políticas sobre clima lo lidera Alemania, mientras que Canadá se encuentra en última posición. En medio están Reino Unido, Francia, Italia, Japón, Rusia y EEUU. Analizando a España con los mismos criterios, se obtiene una puntuación que sitúa a nuestro país por detrás de Japón y por delante de Rusia, EEUU y Canadá.



A sólo cinco meses de las cruciales negociaciones en Copenhague (Dinamarca), la edición 2009 del informe anual de WWF y Allianz “Scorecards del Clima del G8”, muestra que, aunque se han realizado algunos esfuerzos, las medidas adoptadas siguen siendo insuficientes para encaminar al mundo hacia una economía baja en carbono.



El informe también señala la falta de un claro líder entre las naciones analizadas y, a pesar de que Alemania ha mejorado ligeramente su calificación, países como Canadá y Rusia han suspendido la prueba.



En el preámbulo del documento, James Leape, Director General de WWF y Joachim Faber, miembro de la Junta Directiva de Allianz piden a los países que actúen ahora y que contribuyan a negociar un acuerdo sólido en Copenhague el próximo mes de diciembre. Tanto el Sr. Leap, como el Sr. Faber consideran que “aunque exista una posibilidad de rescate del sistema financiero, no habrá ningún fondo que pueda salvar al planeta una vez que el cambio climático haya sobrepasado el peligroso umbral”. Y añaden: “Por lo tanto, es esencial limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2º respecto a los niveles pre-industriales”.



El informe “Scorecards del Clima 2009 del G8”, evalúa el comportamiento y la tendencia de los países en temas como las emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990, la distancia respecto a los objetivos de Kioto, la participación de las energías renovables y la eficiencia de las políticas climáticas. La puntuación se realiza en función del progreso y a la mejora realizada desde 1990 y observa el estado actual de las emisiones y las políticas programadas para el futuro.



Con el objetivo de poder comparar España con los miembros del G8, WWF ha desarrollado el “Scorecard” para nuestro país, según el cual estaríamos situados por detrás de Japón, en el sexto lugar. Además, la organización señala como principales problemas la gran distancia actual respecto al objetivo de Kioto, -fruto de años de ausencia de medidas necesarias para la reducción de emisiones-, las políticas de transporte que favorecen la utilización de combustibles fósiles y la falta de eficacia de las medidas de fomento del ahorro energético. Asimismo, WWF destaca de forma positiva el desarrollo de las energías renovables, donde España es un país líder, tanto en desarrollo industrial como tecnológico.



Según el informe, Alemania, Reino Unido y Francia ya han cumplido con sus objetivos de Kioto, pero sus resultados a largo plazo no son suficientes para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2º centígrados.



En EEUU, las iniciativas sobre el clima programadas o anunciadas hasta la fecha por la administración Obama han ayudado a que este país abandone el último lugar que ocupaba en el estudio de 2008 y este año se encuentre en el séptimo puesto del ranking.



Canadá y Rusia, que se ubican al final de la lista, no disponen de planes políticos para cambiar su tendencia actual o no los están implementando.

Dentro del acuerdo global entre WWF y Allianz, este último, como proveedor internacional de servicios financieros, apoya el estudio “Scorecards del Clima del G8”, para entender mejor las consecuencias del cambio climático. Esto es vital para el marco de inversión y regulación que ha de adaptarse a las consecuencias del cambio climático, así como para el desarrollo de nuevos productos y soluciones financieras respetuosas con el clima.



Joaquim Faber, miembro de la Junta Directiva de Allianz SE, afirma que: “Un futuro con un bajo nivel en carbono supone un potencial de crecimiento para los países del G8 y para las naciones emergentes. Las inversiones futuras y el desarrollo de productos requieren, por lo tanto, un marco político sostenible.”



Según Heikki Willstedt, Experto en Energía y Cambio Climático de WWF España: “nuestro país está muy penalizado por sus emisiones actuales, pero con buenas perspectivas para mejorar. Esto se conseguirá si se ponen en marcha medidas de ahorro y eficiencia energética, especialmente en el sector del transporte y, además, se continúa con una apuesta decidida por las energías renovables. En España hay suficiente potencial y conocimientos para hacerlo, sólo hay que aprobar o mejorar los marcos políticos de apoyo que lo permitan”.

8 de julio de 2009

FABRICACION DE HIDRÓGENO MEDIANTE ENERGÍA SOLAR

Un equipo de investigadores, entre los que se encuentra un equipo español, han conseguido producir hidrógeno con la ayuda de la energía solar - no através de la electrolisis, sino a través de una reacción redox y luz solar concentrada.

El hidrógeno arde de forma limpia. El hidrógeno puede ser almacenado y transportado. Si es necesario, el hidrógeno puede utilizarse en células de combustible para generar electricidad. Brevemente: el hidrógeno tiene el potencial para ser la energía ecológica del futuro.

Pero.... ¿cómo se obtiene?

La visión: de la energía solar, una fuente limpia y renovable de energía. La práctica actual: de gas natural. Las células de combustible en vehículos de motor y sistemas de calefacción, con muy pocas excepciones, parecen estar atrapadas en el estadio de experimentación, pero el futuro del hidrógeno continúa suscitando expectación. La industria química lo necesita para producir ferlitizantes y plásticos, las empresas petroleras lo necesitan para sus nuevos depósitos. Pero el hidrógeno hoy por hoy no es ni ecológico ni un vector energético aceptable.

El proyeco Hydrosol II acerca este futuro un poco más. Los centros que contribuyen son el Centro Alemán Aeroespacial (DLR), el centro de investigación CERT_H - CPERI (Grecia) y el CIEMAT (España), así como el Stobbe Tech Ceramic Holte (Dinamarca) y el centro británico Johnson - Matthey Technology. Durante noviembre de 2008, consiguieron producir hidrógeno por primera vez gracias a la energía solar. " la eficincia de la electrolisis está limitada por todos los estados de conversión. Ésta es la razón por la que estamos tomando un camino más directo", explica Martin Roeb, que es responsable del proyecto Hydroso II. El objetivo: hasta el 50% de la energía solar producida en el reactor es convertida en energía química en forma de hidrógeno, con tres cuartos del vapor de agua siendo convertido en hidrógeno y oxígeno. El último logro de este equipo: han conseguido crear un sistema piloto con un input solar de 100 kW en el reactor, y se ha producido hidrógeno directamente en un proceso casi continuo utilizando sólo energía solar concentrada.

No hay otro lugar en Europa Occidental donde la radiación exceda lo medido en el centro de investigación de la Plataforma Solar de Almería (PSA). Así que no es ninguna sorpresa que los institutos alemán y español hayan elegido esa localización para su experimentación SSPS, abreviatura de Small Solar Power System: una central solar de torre de pequeño tamaño. Esta torre está siendo utilizada ahora por los investigadores del DLR, que mantiene una oficina en la PSA y ha realizado una investigación intensiva durante años sobre este tipo de instalaciones. Si no se están realizando experimentos, un ascensor permite subir a la primera platforma de la torre con la estructura de acero a una altura de 28 m. Y así acceder al corazón del sistema. Allí se encuentran los dos reactores, dice Miriam Ebert, ingeniero de proyecto de DLR. Ella y su equipo han desarrollado los ractores en sus laboratorios alemanes.

Una abertura en la protección nos permite ver los heliostatos. Un total de 92 espejos, que pueden ser controlados para optimizar la recepción de la luz. Cuando no se están utilizando, miran al suelo. Durante los experimentos,por otro lado, reflejan la luz incidente hacia el absorbedor. La construcción donde están montados los reactores se eleva entonces. Los reactores pueden alcanzar temperaturas de 1.200ºC, y un input total de 100 kWth es lo que reflejan las mediciones sobre la superficie del absorbedor. Cuando está funcionando, lógicamente los investigadores no entran en la instalación, sino que siguen los experimentos desde el centro de control, al pié de la torre. Un ordenador regula la posición de cada heliostato individual, y los operadores pueden controlar la cantidad de luz que recibe cada reactor.

Se alcanza una temperatura de 800ºC en la primera cámara del reactor, donde se realiza realmente la producción de hidrógeno. Para dividir el agua en hidrógeno y en oxígeno, usando sólo calor, sería necesario elevar la temperatura de la cámara hasta los 2.500ºC. En la práctica, sin embargo, no hay materiales que puedan utilizarse para un reactor y simultáneamente soportar esas temperaturas. Además, estarían en el mismo sitio hidrógeno y oxígeno: una mezcla explosiva.
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La división del H2O se consigue a través de una estructura de cerámica que tienen aplicado un óxido de metal. De esta forma, se consigue modificar el curso de la reacción y también conseguir dividirlo a 800ºC. La síntesis de estos óxidos es la especialidad de CERTH-CPERI, el coordinador general del proyecto.

Una característica del óxido de metal es que ofrece sus electrones. El átomo de oxígeno en el agua abandona así la ligadura con el hidrógeno, con el que de otra forma, tiene que compartir electrones, y es absorbido por la cobertura del óxido metálico del reactor. Lo que queda es hidrógeno gaseoso, que ya no necesita ser específicamente separado del oxígeno.

La producción de hidrógeno es básicamente una reacción exotérmica: produce mucho más calor que lo que necesita, y así puede continuar sin mayor imput de calor. En el reactor piloto, sin embargo, el vapor de agua está diluido con nitrógeno. La reacción por este motivo no se sostiene por sí misma, pero por otro lado es más fácil de controlarla durante la fase de desarrollo. Más tarde, una vez la tecnología haya madurado y los reactores sean mayores, se intenta reducir la proporción de nitrógeno, y con ello, la demanda de energía.

Un aspecto dependiente de un input continuo de energía es sin embargo, la consecuente regeneración de la cámara de reacción. Una vez que el óxido de metal está saturado con oxígeno, el oxígeno debe ser conducido hacia afuera otra vez a temperaturas que rondan los 1.200ºC.

Los primeros experimentos de campo en Almería han superado las expectativas, produciendo un rendimiento del 30%. Las siguientes intenciones son reunir experiencia con esta planta piloto y optimizar los parámetros. Según Martin Roeb, pasarán otros cinco años antes de que se puede llevar esta tecnología al mercado.

Fuente: Sun & Wind Energy, mayo de 2009

EUROPA INICIA LA CARRERA PARA EXPLOTAR EL SOL DEL SAHARA


El próximo 13 de julio en Múnich se sentarán las bases de lo que será el mayor parque generador de energías renovables del mundo, denominado Desertec Industrial Initiative*. El capítulo alemán del Club de Roma y la compañía aseguradora Munich Re organizan en la capital bávara una conferencia para conocer qué empresas, inversores, centros de investigación y constructores comienzan a levantar en el desierto del Sáhara las plantas solares termoeléctricas que, según sus previsiones, abastecerán en 2050 el 15% de la demanda eléctrica europea y dos tercios de la del Norte de África y el Medio Oriente.

En Desertec parten de la máxima de que en solo seis horas los desiertos reciben más energía solar que la que consume toda la humanidad en un año. A partir de aquí, calculan que si en el del Sáhara se aprovechara un terreno del tamaño de Andalucía se produciría electricidad para abastecer a todo el mundo, y con uno equivalente a la provincia de Barcelona llegaría para cubrir la demanda de la Unión Europea.

Pero los 20 GW (gigavatios) para 2020 y los 100 GW para 2050 que se pretenden instalar en el Sáhara han creado más controversia de la que se esperaba en un proyecto basado en las energías más limpias. Sus críticos ven en el programa una forma de prolongar la dependencia energética del exterior; para otros, puede considerarse una nueva forma de colonización

La Fundación Desertec aglutina a todas las fuerzas vivas que apoyan el proyecto, un compendio de sociedades y de países liderados por Alemania, bajo el paraguas del Club de Roma, la Trans-Mediterranean Renewable Energy Cooperation (TREC) y la red EU-MENA, formada por estados de la Unión Europea, el Norte de África y Oriente Medio.

En Alemania han surgido voces que cuestionan que el monumental presupuesto que se maneja (400.000 millones de euros de aquí a 2050) va a detraer inversiones y ayudas para otras tecnologías sostenibles, como la instalación de paneles fotovoltaicos sobre tejados.

Michael Straub, director de Marketing de Desertec, puntualiza que la inversión es a lo largo de 40 años, que servirá también para dotar de plantas desalinizadoras en el área de producción y que la mayoría del dinero procederá de la empresa privada, "aunque durante los diez o quince primeros años será necesario que las plantas termoeléctricas cuenten con una tarifa incentivada para competir con los combustibles fósiles". Las plantas solares termoeléctricas utilizan paneles que concentran la radiación solar en un tubo con un fluido térmico que pasa a un generador de vapor y alimenta la turbina que produce electricidad.

Las voces críticas se escuchan dentro del mismo sector. "Este megaproyecto carece de lógica lo mires por donde lo mires", dice Carlos Muñoz, presidente de la sección Solar Termoeléctrica de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA). "No tiene sentido que estemos apostando por un sistema de primas para que las tecnologías maduren y se abaraten los costes, y por una red distribuida y no centralizada más acorde con el desarrollo sostenible, y de repente lleguen compañías alemanas y te digan que resulta más barato comprar energía solar en el extranjero, a miles de kilómetros".

Otro crítico es Wolfgang Palz, presidente europeo del Consejo Mundial de Energías Renovables, quien declaró: "En Alemania se habla de producir energía fotovoltaica en el Sáhara para transferir después la electricidad a Europa. Eso sería una estupidez. Ahora que podemos dejar de depender del gas de Argelia, no tendría sentido empezar algo así".

El portavoz de Desertec puntualiza que "no se va a construir una sola planta en un único país con una sola transmisión, sino una red descentralizada que integrará toda la producción renovable en la región de Europa, Medio Oriente y Norte de África, con el suficiente soporte tecnológico que impida que esa conexión quede interrumpida o falle el suministro".

En la configuración del proyecto a lo largo de esta región aparecen principalmente plantas termosolares en toda la franja árida que va de Marruecos a la península Arábiga, pero también parques eólicos en la costa atlántica del norte de África y en España, norte de Europa, Turquía y Mar Rojo; centrales hidroeléctricas en este último país, Marruecos y el valle del Nilo; y, ya a menor escala, instalaciones de biomasa, solar fotovoltaica y geotermia repartidas por el continente europeo.

Con este reparto energético entre varios países se responde a otras críticas que ven en el proyecto una especie de nuevo colonialismo, que esta vez llega con tecnología europea destinada al consumo de electricidad en Europa. Carlos Muñoz advierte de que "el primer proyecto va a consistir en establecer líneas de transporte en corriente continua a través de cuatro puntos hacia Europa; si es una alternativa energética de apoyo al Magreb y en general a África, se podría haber aprovechado y llevarlo primero hacia el sur". Una línea de este tipo, de Argelia a Almería, ya existe, y discurre paralela a un gasoducto que cubre el mismo trazado.

La necesidad de construir interconexiones eléctricas para un amplio número de países parece, hoy por hoy, uno de los retos más difíciles de conseguir. Otros proyectos de este tipo entre países vecinos han sido siempre muy polémicos por diferencias políticas y por su impacto ambiental.

José Santamarta, director de World Watch en España y coautor junto a Comisiones Obreras del informe sobre emisiones de CO2,, piensa que "la mejor opción, por costes, es aprovechar la energía eólica del litoral de Marruecos, ex Sáhara español y Mauritania. Pero para frenar el cambio climático, no optar por las centrales nucleares y dar un nivel de vida digno a la gente, con desalinizadoras que den el agua necesaria, hace falta un proyecto como Desertec".

¨*http://www.desertec.org/en

Noticia publicada en Elpais.com Empresas de Alemania proyectan enormes parques de energía termosolar - El objetivo es que la región aporte un 15% del consumo europeo en 2050

LOS PROXIMOS 10 AÑOS DECIDIRÁN EL FUTURO DE NUESTRA CIVILIZACIÓN


Daniel Pauly es fruto de la liberación de París en la II Guerra Mundial y de la liberación de una pareja, él, soldado negro americano, ella, una parisina, que decidieron saltarse los convencionalismos de todo tipo y en medio del entusiasmo reinante de unas celebraciones históricas dedicarse al amor. Pauly nació en 1946. Hasta aquí nada que no hayamos visto en algunas películas de aquella contienda. Los problemas vinieron dos años después, cuando el estadounidense abandonó a madre e hijo y se volvió a su país. Los negros tenían entonces prohibido casarse con blancas en Estados Unidos. Pauly fue entregado por su madre, entonces sola y sin recursos, a una familia suiza que acababa de perder a un hijo y que prometió criarlo en una situación que ella suponía mucho más ventajosa para el niño. Y aquí comenzó lo que todas las biografías del biólogo, y conocido especialista mundial en pesquería y oceanografía, subrayan como “una infancia dickensiana”.

Pauly, de 63 años, casado y con dos hijos, que pasó por Madrid para ejercer de presidente del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación, los premios con vocación de Nobel español –en sus ocho jurados había varios–, pareció olvidarse durante un buen rato de que es uno de los biólogos que más saben en el mundo de pesca, mares y conservación oceanográfica, y uno de los 50 científicos más influyentes del mundo –según la revista Scientific American–, para zambullirse lentamente en aquella lejana infancia, que él recuerda como la de “un niño medio negro en una ciudad de blancos”. No hizo falta buscar ninguna magdalena proustiana. En un aceptable español, Pauly rememoró unas vivencias que aún parecen muy frescas en su vida.

¿Qué pasó para que, en pleno siglo XXI, se hable todavía de su “infancia dickensiana”? Pasó que una familia suiza que había perdido a un hijo de dos años se encontró en París con mi madre y conmigo y pensaron que yo era el sustituto del niño perdido. Estaba enfermo y convencieron a mi madre para llevarme a Suiza, donde, decían, me curaría. Ella lo permitió, pero yo tenía que regresar a París en un tiempo, y la familia suiza no lo permitió. A ella, que era pobre y estaba muy aislada, le resultaba muy difícil conseguir mi regreso, y después de unos años, y con otros hijos, creyó que yo estaba mejor en Suiza. Generalmente asociamos Suiza con orden y tranquilidad, pero aquélla era una familia muy difícil, desestructurada, con patología social. La hija era prostituta, el hijo estuvo en la cárcel… Yo era como un pequeño observador. Ellos siempre me decían que mi madre me había abandonado y que debía de estarles agradecido, pero nunca formé parte de aquella familia, me aislé mentalmente de ella y los observaba desde fuera. No quería hacer nada de lo que ellos hacían, por ejemplo, beber alcohol o fumar.

¿Pero iba al colegio, llevaba una vida de niño? Ha dicho en alguna ocasión que era un niño medio negro en una ciudad blanca… Iba al colegio porque era público y gratis, pero ellos no se implicaban en mi educación. Tuve que trabajar desde los 12 años, hacer todo el trabajo doméstico y también trabajar en una pastelería que pagaba a la familia. Lo único diferente es que tenía una madrina suiza que se casó con un español de Cataluña, y ellos me dieron un ejemplo de una vida normal. Me trajeron dos veranos, con 9 y 10 años, a Tarragona. Los niños de familias con problemas normalmente no tienen una idea de otras familias diferentes, pero yo tenía claro que no pertenecía a aquélla o a lo que podían ser otras familias. En cuanto a lo del color, no es que me sintiera discriminado por racismo, no, sólo era la sensación de ser diferente, de estar siempre observado como en un escenario. Eso era muy fuerte en el campo porque en aquel tiempo en Europa no había muchos negros… Donde yo vi por primera vez racismo fue en Estados Unidos en los años sesenta. Así que a los 16 años, a la primera oportunidad, me fui a Alemania.

Allí consiguió hacer el bachillerato y luego ir a la universidad, parece que desde muy pronto supo abrirse camino en la vida. Fui buscando formas para abrirme camino, y gracias a un pastor protestante abrí una puerta. Dediqué un año de voluntariado a la Iglesia, trabajando con discapacitados mentales en un asilo y en un hospital. Me pagaban un pequeño sueldo que me daba para vivir, y tomé la decisión de seguir estudiando. Por la mañana trabajaba y por la tarde estudiaba. Esto fue interrumpido por las Fuerzas Armadas de Francia, que me llamaron al servicio militar, porque siempre tuve la nacionalidad francesa. Gracias a ellos tuve la dirección de mi madre. Finalmente, no quisieron admitirme en el Ejército, pero estuve un año viviendo en Francia y pude reunirme con mi familia. Mi madre, mis hermanos y hermanas esperaban mi vuelta, era muy extraño, pero yo me reintegré a mi familia y desde entonces parece que toda la vida viví con ellos. Dos años después tenía el bachiller alemán y con 23 años pude ir a la universidad, pero antes fui a Estados Unidos en 1969 para encontrar a mi padre.

¿Y lo encontró? Sí, porque mi madre sabía dónde estaba, vivía en California. Murió en 1986, pero hubo un periodo en el que pudimos conocernos, lo que fue bueno después de todo. Era un hombre inteligente, cultivado, pero preso de sus propios demonios, porque en el sur de Estados Unidos ser negro entonces era una tragedia inevitable. Lo único que podían hacer era trabajar a un nivel muy bajo o meterse en las Fuerzas Armadas. Él libraba una lucha permanente y gradualmente se convirtió en un amargado. Obama, en su discurso sobre las razas, explicó bien esa situación: que hubo muchos negros que no se dieron cuenta de que las cosas habían mejorado. Mi padre tenía un buen amigo, del mismo Estado del sur, Arkansas, pero con una trayectoria muy diferente, que entendió lo que pasaba, se desarrolló muy bien, y el resultado es que tuvo tres hijas bien situadas. Una de ellas es mi esposa.

Tiene fama de iconoclasta. Dígame una cosa, ¿esa infancia tan dura le marcó de alguna manera o le ha hecho más fuerte? Pienso que muchas veces ese tipo de experiencia destruye a una persona, y fue un accidente que no me implicara con aquella familia suiza, por eso creo que pude salir adelante. Pero no sé si realmente me ha marcado Sí puedo decir que mi actitud sobre la conservación del medio ambiente es intelectual, no emocional. Es puramente intelectual. Soy iconoclasta porque las cosas tienen que cambiar. Y para hacer espacio a las nuevas ideas, las cosas viejas tienen que destruirse, hay que ser iconoclasta.

Quizá por eso Pauly es iconoclasta en sus planteamientos científicos y en su especialidad por excelencia: los recursos pesqueros y el deterioro de los ecosistemas marinos. En estos momentos el 30% de las capturas pesqueras en todo el mundo son ilegales. Desde 1950, el consumo de pescado se ha quintuplicado en el mundo, pero sólo un 0,7% de los océanos están protegidos, frente al 10% de los bosques. Las flotas pesqueras superan el 40% de su capacidad en relación con los recursos, y el 88% de las reservas pesqueras sufren sobrepesca. Pauly denuncia la permisividad de los Gobiernos al permitir ciertas prácticas, y asegura que, si no se crean enseguida nuevas áreas marinas protegidas, pronto no podremos pescar más que medusas. Eso, sin contar las consecuencias que esta presión ejerce sobre los ecosistemas marinos y, en buena lógica, sobre el cambio climático.

Usted es muy pesimista, hay colegas suyos que incluso le llaman extremista, sobre el declive de las reservas pesqueras. Asegura que nos encaminamos hacia el desastre, pero habla de conservar los recursos pesqueros, ofrecer un medio sostenible a los pescadores y proteger el medio marino. ¿No es la cuadratura del círculo? Es posible hacerlo. Y no acepto que soy pesimista y menos extremista, no quiero aceptarlo, los que dicen eso tienen muchas veces una visión local de la pesca y no ven la situación global. Yo digo que la pesca como la practicamos ahora, la pesca industrial, es como una guerra contra los peces, y ganar esta guerra significa que los peces van a desaparecer. La sostenibilidad es no pescar todo lo que hay. Antes no se podían pescar todos los peces porque estaban demasiado profundos o entre rocas, pero ahora, con los sistemas electrónicos y los grandes barcos podemos atacar cada pez, no pueden escapar. Esta capacidad tecnológica implica una necesidad de áreas prohibidas que no es diferente a lo que teníamos antes cuando no podíamos llegar a todos los sitios. No podemos utilizar toda la tecnología que tenemos para pescar. Es lo mismo que cazar conejos con tanques, es una tontería. Se trata de establecer un equilibro entre los cazadores y lo que se caza. Una pesquería artesanal podría exportar los recursos pesqueros de la plataforma continental sin la destrucción y los enormes costes que implica una pesquería industrial.

¿Pero en estos momentos hay alguna posibilidad de volver a la pesquería artesanal? La razón por la que ahora tenemos una pesca industrial son las subvenciones y el precio bajo del combustible. Hay una patología, la de la energía barata, que hace posible pescar como pescamos, pero no va a durar, y el aumento del precio del combustible supondrá que será imposible pescar con estos barcos enormes. No es mi opinión, es una reestructuración que ya ha empezado. Los políticos pueden hacer dos cosas. Una, luchar para mantener la situación actual, lo que significará más subvenciones para destruir más empleo y recursos, que es lo que ocurre ahora. Por ejemplo, en España, los pescadores tradicionales pierden sus empleos porque no pueden competir con las grandes flotas. No son los ecologistas los que destruyen empleos en la pesca, son las grandes empresas. Y lo otro que se puede hacer es utilizar las sumas de las subvenciones para facilitar una reconversión que es inevitable, como pasó con la minería.

Hay científicos que dicen que se exagera, que con la pesca hay ciclos naturales y que las especies se recuperan. ¿Va a pasar como con el cambio climático, que ha tenido negacionistas hasta que ya es imposible negarlo? Hay negacionistas que siempre llaman tremendistas a los biólogos, a los ecologistas o las ONG, pese a que los cambios que vemos son científicamente razonables, pero ellos no hacen ninguna concesión. El 0,7% actual de zonas protegidas es una zona pequeñísima de los mares, los espacios que teníamos hace 20 o 30 años libres de pesca eran mucho mayores. Si nos negamos ahora a adoptar soluciones fáciles, eso implica que luego serán mucho más duras. Pasa igual con la salud, si una enfermedad la coges al principio es más fácil tratarla que cuando está avanzada. Discutir con los negacionistas pesqueros, como ha pasado con el cambio climático, es completamente inútil. Decir que la pesca no tiene efecto sobre los ecosistemas y que todo está bien es una tontería. Pero se pueden identificar los intereses económicos que tienen algunos científicos, y cuando una persona tiene un interés directo para mantener una situación, automáticamente queda descalificada. No se puede ser juez y parte.

El fin de las subvenciones, que usted reclama con urgencia, y la creación de nuevas reservas marinas, ¿serían suficientes para frenar la situación de deterioro de las especies marinas? No, es un error creer que este tipo de intervenciones son suficientes, pero son necesarias. Los métodos clásicos de gestión de reservas pesqueras también tienen que usarse fuera de las áreas reservadas. No podemos decir: vamos a crear nuevas reservas y hacer en el resto, en el mar libre, todo tipo de desmanes, no tiene sentido. Hay que zonificar los océanos y en cada zona tener una gestión adecuada. Ahora todos los técnicos comprenden que esta zonificación es necesaria. Parece que nos resulta más fácil entender esa situación en la tierra, quizá porque podemos ver lo que pasa, su enorme deterioro, pero en los mares no. Voy a decir algo que puede parecer exagerado… Si no atacamos el problema del calentamiento global vamos a entrar en problemas para nuestra propia civilización. Y los próximos 10 años decidirán lo que va a pasar con nuestra civilización. No son las pesquerías, es el clima. Y tenemos que decidir desarrollar reglas como parte del ajuste para nuestra supervivencia sobre el planeta Tierra.

¿Qué papel juega la pesca en el mantenimiento de los ecosistemas marinos y en el proceso global del cambio climático? Creo que la pesca contribuye a los gases de efecto invernadero con un 1%, no es mucho, pero también es una cantidad que debe reducirse porque más de la mitad de esas emisiones son inútiles. Otros efectos son que cambia los ecosistemas al provocar el crecimiento de algas, algunas muy peligrosas y dañinas, y también alienta el crecimiento de zonas donde no hay oxigeno, zonas muertas que están especialmente vinculadas a las actividades pesqueras. Lagente puede pensar que se debe a sustancias fertilizantes que vienen de la tierra, es así, pero también está causado por la actividad pesquera, que cambia la vida del sistema ecológico ycontribuye a efectos del calentamiento climático. En realidad, el calentamiento global representa una oportunidad para rehabilitar el planeta y parar la destrucción. Lo que hemos hecho hasta hoy con las zonas pesqueras es destruir los recursos, y tenemos que aprender a coexistir con la naturaleza.

Hablando de destruir, España tiene una de las mayores flotas pesqueras del mundo y también es uno de los países que más pescado consume. Se nos ha acusado de piratas, ¿lo somos? Sí.

Nos hemos cargado la anchoa del Cantábrico y prácticamente el atún del Mediterráneo, ¿estamos abocados a comer pescado de acuicultura? No creo que la acuicultura marina pueda desempeñar el papel que la gente espera, porque necesita cantidades cada vez mayores de harinas y aceite de pescado para los piensos, y se fabrican con peces pequeños de zonas donde no pueden crecer, en lugar de utilizarse para la alimentación.

En España se comen, y mucho, esos pescados, la anchoa, la sardina, la caballa… Exactamente. Yo pienso que es posible adaptar las pesquerías para que produzcan para los mercados locales, como en España. Por ejemplo, en Perú se pescan cinco millones de toneladas de anchovetas, casi todas para harina de pescado, cuando se podrían utilizar para consumo humano. Afortunadamente, ha habido un cambio de actitud y ahora la anchoveta también se utiliza en Perú para consumo humano, han aprendido a hacer buenos platos con este pez. Yo pienso que en el futuro el consumo no será sólo de acuicultura, sino también de peces pequeños, creo que las sardinas, anchoas y similares son los peces del futuro.

¿Qué pasa con las modas culinarias como ahora la del ‘sushi’, que lleva a un consumo desaforado de especies como el atún mediterráneo, en grave peligro? ¡Ah el sushi!, creo que son modas peligrosas en parte. El consumo de mucho sushi es un problema, por ejemplo, el atún y otros pescados acumulan mercurio y otros elementos que no son buenos para el hombre. Otra cosa es el mito de que los pescados son buenos para la salud a partir de su omega3, y esto es una moda. Nosotros hemos hecho en Toronto, con otros científicos, un estudio que se ha publicado en Medical Journal of Canadian Asociation, y parece que la evidencia de consumir determinados pescados para una buena salud no está tan clara, sino que es otra moda. Si una persona tiene una alimentación equilibrada, este aumento de omega3 no hace un efecto especial.

¿Quiere decir que debemos consumir menos pescado? Una persona con una alimentación equilibrada no va a aumentar su calidad de vida por comer más pescado. Y hay muchísimas personas que no consumen pescado en absoluto y no parece que tengan graves carencias, es una bobada. Yo tengo 63 años y recuerdo otras tonterías: la vitamina D, las fibras Cada cinco o diez años hay una moda alimenticia. Pero ocurre que el cambio de nuestra alimentación va estar dictado por las circunstancias, el pescado no va a estar disponible, y eso cambiará las cosas.

¿Por qué se les consiente a los japoneses esas prácticas depredadoras, siguen pescando ballenas, incluso en la Antártida, y ahora arrasan con el atún? Lo que está pasando ahora en Japón es muy interesante. Hace seis meses estuve allí y hay pánico porque piensan que no será posible mantener su enorme consumo de pescado. Las pesquerías locales están destruidas y el acceso de los japoneses a otros países está disminuyendo. Y no saben qué hacer, están en una fase de búsqueda de soluciones.

Usted dice que la política pesquera de la UE es una farsa… Ellos lo dicen en el Libro Verde que han publicado… Yo no quiero hablar de farsa, lo que pasa es que la UE admite que hay un problema y que lo que se ha hecho hasta ahora en materia de pesca no ha servido. Lo que puedo decir es que están considerando la supresión de subvenciones, la creación de áreas protegidas y otras cosas.

¿Hay que imponer más vedas? Las vedas son una buena metodología para los peces pequeños, pero si después de la veda las pescas se hacen sin medida son inútiles. Hay que modificar la gestión integral. La solución no puede venir sólo de una medida, sino de todas juntas, hay que reducir la presión humana en el ecosistema, la demanda que tenemos con los ecosistemas.

¿Tiene alguna esperanza de conseguirlo con unas presiones económicas tan fuertes? El desafío es claro y creo que ahora hay un riesgo que entendemos mejor, que hay un peligro de destrucción de nuestra civilización, y esto reducirá, espero, el impacto de los grupos económicos. Pienso que saldrán nuevas reglas de funcionamiento internacional, aunque en el conjunto de la protección ambiental la pesquería pueda parecer un problema menor. Está claro que tenemos un problema entre la ecología y la injusticia social, y eso lo podemos ver ahora con las negociaciones sobre el cambio climático, en las que países como China no quieren abandonar su expansión porque históricamente es legítima, aunque a nivel ecológico es una catástrofe.

Dígame tres medidas claras que hay que tomar ya mismo como primer paso para afrontar el problema. Además de terminar con las subvenciones a la pesca –especialmente las que contribuyen a mantener situaciones falsas, como las de los combustibles y crear áreas protegidas, es imprescindible el respeto a los científicos y a las medidas que ellos aconsejan. Hay una falta de comunicación entre la ciencia y los que tienen el poder de decidir. En principio, los científicos deben estimar los recursos pesqueros y cómo conservarlos, pero luego son los políticos, los gobiernos, los que usan esa información. Y ocurre que sus decisiones son independientes de la ciencia y sólo consideran las peticiones que vienen de la industria pesquera, y no sólo en los países subdesarrollados, también en los desarrollados. En 1993 tomé una decisión, trabajar para las ONG, porque ahora, en muchos casos, representan mejor a los ciudadanos que los políticos, que sólo representan a una parte de los intereses. Pero esta representación ciudadana antes se hacía de una forma emocional y no científica. Ha habido ONG que trabajaban no sólo sin ciencia, sino contra la ciencia Lo que yo he descubierto es que hay que hacer ciencia que ayude a las ONG sin ser parte de su programa. Yo trabajo para ellos, pero desde fuera, soy líder de un proyecto que se llama Sea Araund Us y que estudia el impacto de las pesquerías en los ecosistemas marinos, y los resultados que se publican son muy útiles para las ONG.


Cuando ahora, que le consideran uno de los 50 científicos más influyentes del mundo, echa una mirada a aquel niño de infancia dickensiana, ¿qué piensa? Eso de la influencia es una exageración… Desde el punto de vista estadístico, mi trayectoria ha sido muy extraña, no se podía pensar que aquel niño pobre llegaría a ser un científico, pero en la situación actual puedo decir que cada científico conoce a muchos científicos que son mejores que él, y yo también conozco a muchos científicos que son mejores que yo.




Publicado en Elpais.com Entrevista Vida Sana al biólogo daniel Pauly - Es uno de los 50 científicos más influyentes del mundo; experto en mares alerta de los serios peligros de la pesca tal como se practica ahora y denuncia la permisividad de los Gobiernos

PADECIENDO LA CIENCIA: cambio climático, gente y pobreza

Oxfam acaba de publicar un estudio en el que advierte de la vulnerabilidad extrema de los países pobres frente al cambio climático y solicita a los países más desarrollados, de cara a la cumbre del G-8, que dispongan de recursos financieros adicionales para solucionar el problema.

El calentamiento global ya está azotando con dureza a la población más pobre del mundo. El informe asegura que el cambio climático en la atmósfera está afectado las zonas de pobreza y en vías de desarrollo, desde el acceso a la comida y al agua potable, pasando por la sanidad y la seguridad de los poblados con menos recursos.

Está claro que si no se inician medidas urgentes, los avances conseguidos en las últimas décadas se perderán definitivamente.
Oxfam afirma que una de sus mayores preocupaciones es el impacto de un clima adverso e inestable en la agricultura, ya que los agricultores de los países pobres están perdiendo grandes cantidades de cosecha por culpa de las olas de calor, las lluvias torrenciales y la poca fiabilidad de las estaciones.

Ya son más de 26 millones de personas que han tenido que emigrar para poder sobrevivir a los efectos del cambio climático. Ese dato es pura estadística, pero detrás hay gente real que sufre las consecuencias.



Oxfam Internacional es una confederación de 13 organizaciones con una filosofía similar y que trabajan conjuntamente con socios y colaboradores en todo el mundo para conseguir este cambio sostenible.